SEDENTARIMSO
Las enfermedades cardiovasculares, el cáncer y las enfermedades crónicas no transmisibles son las principales causas de morbilidad y mortalidad a nivel mundial.
Las enfermedades crónicas no transmisibles (hipertensión arterial, enfermedades cardiovasculares, diabetes) son afecciones de larga duración con una progresión generalmente lenta. Estas enfermedades matan a 40 millones de personas cada año, lo que equivale al 70% de las muertes que se producen en el mundo. Quince millones de las
muertes ocurren en edades de entre 30 y 69 años. Cifras realmente alarmantes, de allí el énfasis que debemos hacer en implementar estilos de vida saludable desde tempranas etapas de la vida.
Los factores asociados a estos padecimientos pueden ser no modificables (hereditarios o genéticos) o modificables (estilos de vida, falta de actividad física o sedentarismo).
El sedentarismo es un estilo de vida carente de movimiento o actividad física. La Organización Mundial de la Salud (OMS) define como sedentaria a aquella persona que realiza menos de noventa minutos de actividad física semanal.
La OMS señala que al menos 60% de la población no realiza la actividad física necesaria para obtener beneficios
para la salud.
En 1994 la OMS declaró el sedentarismo como un problema de salud.
Algunos de los factores relacionados al sedentarismo en edades pediátricas son:
Conductas imitadas (familias sedentarias)
Excesivo uso de pantallas y medios tecnológicos (más de dos horas al día).
Largos períodos que el menor pasa solo, sin la supervisión de un adulto.
Tiempo dedicado a las labores escolares y jornadas de trabajo (en el caso de los
padres),
Desinterés en practicar deportes.
Falta de infraestructuras (parques, campos de juego) en las comunidades.
Inseguridad en las comunidades.
Uso y abuso de medios de transporte (carros, buses), inclusive para ir a lugares
cercanos.
Los niños (as) y adolescentes son un reflejo de lo que ven y aprenden en sus hogares. La familia juega un rol fundamental en la adquisición de estilos de vida saludable.
Como padres, debemos ser responsables de fomentar la actividad física, la cual debe complementarse con una dieta adecuada y balanceada, tomando en cuenta la etapa del desarrollo y edad del menor.
La obesidad, considerada como la epidemia del siglo XXI, es un temible flagelo, del cual los niños y adolescentes no escapan. Se estima que existen 41 millones de niños menores de cinco años con sobrepeso y obesidad, proyectándose una cifra de 70 millones para el año 2020, si no tomamos medidas preventivas.
La prevención es la piedra angular en el manejo de estos problemas. La obesidad, al igual que el resto de las enfermedades crónicas no transmisibles, tiene como factores causales el sedentarismo y las dietas no balanceadas en
las que se abusa de las grasas saturadas y los azúcares simples.
La obesidad, a su vez, es factor predisponente de enfermedades crónicas y se relaciona a complicaciones para la salud como lo son:
Obesidad
Cansancio
Estrés
Niveles emocionales bajos
Problemas de cuello y espalda
Pérdida de flexibilidad en las articulaciones
Problemas de sueño
Debilitamiento óseo
Trastornos digestivos
Enfermedades cardiovasculares
Atrofia muscular
Osteoporosis
Hipertensión arterial
Aumento del colesterol y triglicéridos
Diabetes
Envejecimientoe
La mejor herramienta con la que contamos para combatir el sedentarismo es la implementación de la actividad física, entendiendo por actividad física, cualquier movimiento corporal producido por los músculos esqueléticos.
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